“Cómica vida”: pura farsa
16 octubre 2009“En el principio era el Verbo”, y de ahí vino lo demás. Toda creación nace de la fantasía que provoca la palabra, la frase y el relato narrado y escenificado por unos personajes que cuentan de memoria sus historias, regalando a cuantos les escuchan todos los conocimientos que tienen, para engullirlos en la comedia, que es la existencia misma. Esa crónica viva es la vida, y quien la relata, el actor.
En “Cómica vida” son tres los actores —monumentales— que juegan con el público a llevarlo (ilusoriamente) dentro y fuera de la escena; dentro y fuera del escenario, incluso a mudarlo de sitio en algún momento sacándolo del patio de butacas para colocarlo entre bambalinas.
Ese trasiego se hace real ayudado por el texto de la obra (que señala a algunos asistentes de entre el público como parte de la trama: el alcalde, la mesonera y hasta el cura con su hermana) y por la intromisión de los actores en el patio de butacas, desde donde completan los diálogos tenidos en la escena.
La solución es perfecta para este montaje de pequeño formato, íntimo, de salón de casa, de donde sales con la sensación de haber participado en la obra.
Los dos actores veteranos (es su papel y lo bordan), Paco y Lara —Pep Cruz y Nöel Olivé— junto al amateur y obsesivo (mataría a su madre por ser actor consumado) Eloy —Jordi Coromina— muestran todos los entresijos, vanidades, miserias y gloria del mundo de la farándula a los allí presentes, que pasan de la sonrisa a la carcajada o a la sorpresa y la ternura en un apagar y encender las luces. En resumen. Tres actores parodiando la parodia y un patio de butacas lleno de extras desternillándose.
2 Comentarios a ““Cómica vida”: pura farsa”
Por helvetica el 20 octubre 2009
La verdad es que apetece ver esa obra que con tanta maestría nos recomienda sobre el mundo de la farándula. Pero recomendación por recomendación: yo vi hace unos días, junto a mi marido, una película sencillamente maravillosa: «El secreto de sus ojos». Una poesía cinematográfica sobre el amor irreductible, la venganza eterna, la pasión ineludible, la amistad imperecedera… es decir sobre los sentimientos eternos, que son muchos más que los que imaginamos. Ese bello relato, leído en un argentino musical, es una bella historia de amor que nos hizo a mi marido y a mí sentir que nuestra relación de veinte años es así: definitiva y oceánica. Les recomiendo, para la buena salud mental de todos en tiempo de mudanza, no perdérsela. Por cierto, me gusta mucho su blog y el nombre, LABALALAICA
Por Jordi Coromina el 10 enero 2010
Es díficil encontrar comentarios con criterio. Muchas gracias por apasionarte por un trabajo que aunque no lo parezca, está hecho a conciencia.
Que disfrutes de este nuevo año.
Jordi Coromina