Ni la muerte enamorada, ni la vida desatenta, ni la desgracia de ser sin querer (o de querer sin ser)… ni la inhumana actividad profesional de la prensa
11 febrero 2007 | Sin comentarios »Una vez más ha entrado la muerte en casi todos los hogares de España y puede que del extranjero. Todos los días entra. Viene de la mano de la radio, de la televisión, de la prensa en general. Esta vez tampoco la queríamos; ni siquiera la esperábamos, pero ha violado la barrera de nuestra vida sedada por la rutina para llegar hasta los más dormidos sentimientos: «Muere la hermana de la ….» y, a continuación, la crónica de una muerte anunciada.
Todas las muertes son anunciadas -pues antes o después han de suceder-, pero una cosa (innecesaria tratándose de tal evento) es pronosticar y otra dar la noticia poniendo énfasis en si fulanito o menganito llevaba los cal…cetines negros en señal de luto.