Cascos a los leones

20 enero 2011 | Sin comentarios »

A Cascos no lo echó Rajoy a los leones en su momento y luego tuvo que ningunearle, por lo que Cascos terminó yéndose del partido. Ahora Cascos va por la vida jugando a casi nacionalista para medir sus propias fuerzas, y saber así a quién puede echar un pulso, para ganarlo, claro. Y quiere pasarse al PP por el foro (Foro Asturiano) de los sus incondicionales asturianos. Se siente Asturias y se cree Pelayo, pero para enfrentarse a Rajoy hace falta más que retranca y tranca. “Gallegos y asturianos…”

Pues, hablando de nacionalistas, el tetra-party nacionalista del Estado español es el que ha ¿obligado? a Zapatero a cometer la ridiculez de tener que usar los pinganillos en el Senado. Hoy, el resto del mundo verá a nuestros senadores como un grupo de necesitados trabajando en el negocio de líneas eróticas; o de telefonistas en una de esas salas doc center, contratadas por las empresas a miles de quilómetros de ellas, con los que no hay quién se entienda y que sólo sirven para distanciar a la empresa de los clientes con el fin de que no le llegue sus reclamaciones. Pero en este negocio la empresa es España y los clientes todos los españoles que dependemos de estos guripas, que sólo están para llenarse la andorga, amparándose, no ya en la letra pequeña, en cuatro falsedades y otras tantas chulerías.

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Despertar a la vida

15 enero 2011 | Sin comentarios »

No son fallebas que aseguren las ventanas para que la vida no se escape,

ni óbolos que sirvan para pagar el flete del alma al buen Caronte,

pues la sangre aún bulle en mis entrañas a borbollones como entonces.

El plomizo peso que inmoviliza mis párpados es el consentido sueño

y un agotamiento por el gozar de hace unas horas, que aún perdura.

No está del todo el cuerpo invadido por la nada. No es difunto.

Ni llena la muerte enteramente la estancia en que aún hay vida.

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Como humo se irán: los fumadores y las leyes

7 enero 2011 | Sin comentarios »

Por Aquilino Quintás

-Hoy me he tomado el café en la calle. ¡En la vida había pasado tanto frío!

Ese es el comentario que, caminando ayer por Madrid, se escuchaba en un paso de peatones, en el autobús, en el metro. El refrán “más vale humo que escarcha”, ya no sirve. El Gobierno se ha empeñado en ir desterrando a los fumadores de todos los lugares comunes con el fin de que no contaminen el ambiente, y a quienes lo frecuentan. Yo, que soy exfumador desde hace muchísimo tiempo, no tendría que sacar la cara por los fumadores, sobre todo porque parece ser que los «ex» son muy intransigentes, en su mayoría, quizá debido al síndrome de abstinencia, y yo no quiesiera serlo.

Anoche vi un programa en la tele, de esos de tertulia, que constaba de cuatro personas: tres hombres y una mujer; más el director moderador. El primer contertulio, empezando por la izquierda, según miraba yo la pantalla, presumía de condescendiente por haber asistido, en tiempos, no dijo si lejanos, a sitios donde la gente fumaba y el pululaba entre ella sin acusar molestia alguna, sin reproche. Es más, reconoció que sentimentalmente echaba de menos el olor a tabaco que impregnaba aquellos ambientes. No estaba de acuerdo con la ley de prohibición que ha impuesto el Gobierno.

La siguiente era la mujer. Esta confesó no haber fumado nunca; no agradarle el olor a tabaco; molestarle el humo exhalado por lo fumadores, tanto fuera de cigarrillos, puros o pipa, en ambientes cerrados, o andando por la calle; y estar completamente de acuerdo con la prohibición del Gobierno. El tercero fue el moderador, del que no recuerdo si estaba a favor o en contra, ni si fumaba o había fumado. Fue moderado moderador. El cuarto era un exaltado fumador que repetía que, como era demócrata, aceptaba la ley, pero que no estaba en absoluto de acuerdo en la forma de imponerla. Dejaba claro, este personaje, que lo que le gustaría es que hubiera permiso para fumar en todos los sitios, y libertad para que, el que no quiera humos, se vaya a la calle. Todos le increparon porque, como lo denunciaron ahí, además de mirar sólo para sí no se tragaba el humo. O sea, era un claro agente contaminador sin riesgo para él; era un botafumeiro. Uno de esos individuos que practican sexo con los ojos cerrados, un onanista exhibicionista. El quito en discordia, con el que se encaraba el anterior, no fumaba. No me quedó claro si lo había hecho antes, creo que no, pero ya no lo hacía y no le importaba que la gente lo hiciera. Estaba de acuerdo, relativamente, con la ley. Pero le parecía demasiado intransigente.

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Feliz Navidad

24 diciembre 2010 | Sin comentarios »

“Como te lo cuento”

Por Carolina Azcarla

Es la fecha, sí, pero no por eso, o no solamente por eso, felicito (Navidad, Año Nuevo, Reyes: Pascua al fin) aquí, hoy, a todo aquel que se lo merezca. Y el recurrir al tamiz merecimiento no es por la soberbia de creerme el fiel de la balanza de lo justo o injusto; de lo bueno o malo; de lo correcto o incorrecto ¡allá cada cual con su conciencia!, es por la incondicional postura de mi ser.

Tiempo ha, se colapsaban las estafetas con la miríada de tarjetas y cartas petitorias de felicidad que las gentes se mandaban entre sí, en estos días. Tenía aquello el calor de lo cercano, la ventaja de que, aunque el soporte donde cada uno dejaba escrito los sentimientos que enviaba a la persona escogida estuviera tirado en ciclostil, recibiera el elegido el mensaje escrito de puño y letra de quien se lo enviaba, quedando así reflejado, en cada caso, el estado de ánimo que motivaba el destinatario.

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