28 enero 2007 | 1 Comentario »
La ministra Trujillo y la primera teniente de alcalde de Barcelona se han empeñado en la peregrina idea de que todos los pisos que estén deshabitados en Cataluña, País Vasco y, en general, en toda España, puedan ser ocupados por el primer voluntario que se ofrezca. La propuesta, si no fuera tan estúpida, tendría su aquel porque, bien entendido, eso es dar derecho de pernada para el uso y disfrute de todo aquello que esté en situación de reposo. Verbigracia: que un individuo/a con los ahorrillos conseguidos por no fumar, no salir por ahí ni a comer (sobre todo hamburguesas XXL), ni a tomar copas, que lleva una vida austera para juntar unos eurillos y que, como no quiere meterlos en el Banco porque reporta menos beneficio que el tabaco, ha decidido comprarse un pisito para que, cuando sea viejo/a tener ahí un bien inmueble por si tuviera que venderlo para cubrir los gastos de la residencia; o para costearse remedios para los alifafes; pues nada, ya no le sirve para nada porque la rara astucia de la ministra y la primera teniente de alcalde opta por invitar a que ese piso sea ocupado por otra persona. Con eso quieren evitar, y no lo van a conseguir, el déficit de viviendas que existe.
¡Genial! Trabaje y ahorre durante toda la vida laboral para que luego vengan las paridoras de sandeces y le amarguen la vejez con estas chorradas. Anda que pensaron en el ocupador cuando hubo que pagar las letras, las escrituras, los arbitrios, los impuestos, la contribución…
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